Vivimos obsesionados por alcanzar el tiempo y no podemos detenerlo.
Hemos fabricado relojes, hemos podido grabar imágenes para recordar tiempos pasados, hemos conseguido desplazarnos de un lugar a otro velozmente hasta por el cielo...
Gracias a la tecnología tenemos innumerables artilugios que nos hacen la vida más fácil y cómoda.
Pero el tiempo sigue corriendo y corriendo..., no podemos detenerlo.
No soy consciente que corre el tiempo porque sólo vivo el presente: vivo, trabajo, disfruto.
Sólo me doy cuenta cuando me miro al espejo.
¡Horror! ¡Qué es eso!
¡Una Cana!....
Avanzan los dias y ante el gran Juez de la verdad, nuestro queridísimo amigo el espejo mágico, vamos apreciando pequeñas cosillas que no queremos que estén alli, en nuestro rostro porque eso, queridas... no es nuestro. Nunca nos vimos así antes,eso tengo que quitarlo de allí.
Entonces, ¿Cómo podemos estar viviendo el presente cuando realmente nos importa volver al pasado?
Amigas mías...
¡Que paradoja!
Nos resistimos a envejecer, queremos evitar en nuestro rostro el paso del tiempo.
Pero,... ¡espera!
¡Que gran ventaja nos tocó vivir ahora!
Los adelantos científicos son nuestros grandes aliados.
Esto hace plantearnos cosas muy controvertidas y en algún momento incluso asumiendo riesgos.
¿Debo cuidarme o debo operarme?¿Me hago un lifting o sólo me inyecto botox, que es más seguro?
Tras estas cuestiones, empiezo a interesarme en ello y me informo de dónde ir, cómo va a ser, cómo saldré y si me gustaré.
veo lo preciosas que están las celebrities y eso es lo que quiero para mí.
Pero cuando pasa un tiempo...
¡No!!
¡Con lo bonita que se veía hace tres años!
¡Ahora parece su propia caricatura!
No voy a pasar por esto, ¡decidido !
Creo que hay otras formas de mantenerse joven y hermosa, voy a seguir cuidándome.
Fitness, dieta saludable y....
¡Quererme mucho!.
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